martes, 25 de noviembre de 2008

Babel
Por una izquierda sin parroquias ni ocupaciones respectivas
Javier Hernández Alpízar

A pesar del título, esto no se trata tanto de la religión como de la ideología. Siempre hay entre ambas una suerte de necesidad de distinción que, en sí misma, es ya sospechosa.
Se puede ironizar invirtiendo los términos, como hace Jaime López, y decir: “Si tuviera religión, me pondría a analizar; si tuviera ideología, pondríame a rezar”. Se puede dogmatizar acerca de una de ellas desde la otra: como el dictum marxista de que “la religión es el opio de los pueblos”, y aún revirar diciendo que el marxismo es el opio de los marxistas. Pero es mejor pensar en analogías fructíferas, como reflexionar que, en unas y otras, hay tradiciones autoritarias y libertarias en gradientes de más a menos, así como diría Boaventura de Souza Santos, que en la doctrina de los derechos humanos occidental hay desde la versión liberal burguesa e individualista hasta las versiones socialistas. Y lo mismo en el Islam, hay tradiciones más patriarcales y versiones que permitirían a las mujeres espacios de discusión desde su tradición.
Aquí queremos usar una o dos analogías tomadas de la religión para entender ciertos procederes en las ideologías de izquierda que podríamos llamar más o menos doctrinarias o críticas.
Por ejemplo, Bertrand Russell opina que entre los pensadores que de ser creyentes pasan a ser ateos, agnósticos o librepensadores, hay diferencias entre quienes fueron formados en el catolicismo tradicional y quienes fueron formados en los cristianismos reformados, los cuales desde el catolicismo son llamados "protestantes". Según Russell, los católicos tenderán a buscar una doctrina que abarque totalidades y se pretenda una guía completa en muchas áreas, como el marxismo (en varias de sus versiones); en cambio los protestantes buscarán filosofías más liberales e individualistas.
Es interesante, independientemente de que sea o no cierta la hipótesis de Russell, pensar que hay tradiciones de izquierda que pretenden promover más la discusión individual o colectiva de doctrinas, ideas, creencias, en tanto que otras no sólo tienden a canonizar algún texto o alguna literatura, sino a tener autoridades de interpretación, sus especies de obispos y aún papas de la doctrina, de Marx a Guevara o de Trotski a Marcos, de Mao a Althusser o de Engels a Castro.
Así, siguiendo el modelo de Russell de pensar ciertas analogías entre actitudes religiosas y otras que se parecen en el terreno de las doctrinas ideológicas y filosóficas, podría pensarse en las tradiciones sacerdotales que tienden a defender no sólo una doctrina religiosa que implica aspectos morales, éticos, jurídicos, higiénicos, estéticos, sino ritualísticos, de culto. Frente a ellas hay tradiciones proféticas, que ponen más el énfasis en seguir un camino, en cumplir con un compromiso moral, ético, político, una exigencia de justicia, que en seguir una ortodoxia doctrinaria o institucional.
Asimismo, en las filosofías y doctrinas ideológicas de la izquierda, y a veces quizás de maneras no obviamente identificables, hay esas dos tendencias: Las que pretenden volver positiva una doctrina, convertirla en letra sagrada, sea para una administración liberal o librepensadora de la misma (versiones críticas) o para acompañarla por una burocracia administradora de la "verdadera interpretación" (ortodoxia), donde encontraríamos no solamente al estalinismo, por ejemplo, sino a corrientes que se supone que se opusieron a él, quizá ciertos trotskismos, e incluso a algunos anarquismos que piensan más en la doctrina de los clásicos, el lenguaje, los símbolos o los maestros, que en la discusión viva y actual de esas invitaciones a la herejía.
Frente a ellas, abría que situar a ciertas tradiciones más proféticas, que denuncian no sólo la positivización y anquilosamiento de las doctrinas de izquierda, cuando devienen institucionales, oficiales, sino que ponderan siempre las prácticas libertarias y la acción negativa (la parte destructora) de los excluidos, incluso los excluidos por esa doctrina izquierdista, para desde ahí cuestionar no sólo a la ideología del poder y de la derecha, sino a la esclerotización del discurso de aspiración liberadora de ciertas izquierdas.
Pensado así, sería menos sorprendente que en ocasiones un cristiano de izquierda puede tener un análisis más subversivo de la opresión y de las limitaciones de las doctrinas y prácticas de quienes se oponen a ella desde posturas jacobinas, pero que tienden a recrear verdaderas iglesias rojas (o negras o rojinegras) con sus textos sagrados y burocracias mediadoras de la correcta interpretación y la "gracia suficiente" para seguir la opinión correcta, la ortodoxia.
Sería deseable, entonces, desde una perspectiva menos institucionalizante o positivizante, una versión de ideología de izquierda sin clero, “sin parroquia ni ocupaciones respectivas”, para usar las palabras del poeta César Dávila Andrade.
Si en un momento dado, sea con aprobación masiva o no, predomina una tendencia a la ortodoxia y al papismo, pensar, como decíamos hace poco con lenguaje religioso y herético de Flores Magón, que en tales momentos de fundamentalismos izquierdistas, más vale ser “un rebelde en el infierno que un esbirro de Dios en el Cielo”. No por jacobinismo, sino por espíritu "profético", contra el enviciamiento del ocio y el autismo a los que tiende todo clero o grupo contemplativo con reglas monacales y votos de obediencia.
Dicho de otra manera, el único dogma irrenunciable de una doctrina de izquierda es la primacía de la desobediencia por encima de las lealtades y, eso que en Veracruz suena aún más feo de lo acostumbrado, las fidelidades.

Sigue existiendo una
racionalidad excluyente
de las mujeres
Discriminación patriarcal, fructífera para el poder económico
Feminicidios usados para vender noticias y zapatos
Javier Hernández Alpízar

Javier Hernández Alpízar.– Revelador y sintomático resultó el foro "Género y periodismo" que con la participación de Elsa Lever, Martha Torres Falcón, Laura Castro Medina y Sara Lovera tuvo lugar el sábado 22 de noviembre en el salón Galerías del hotel Crowne Plaza.
Además de observar en imágenes contundentes el uso de la mujer como objeto no sólo sexual sino como víctima de feminicidio para vender noticias, camisetas, tenis, zapatos, anillos de diamantes o jeans, como mostró Laura Castro, escuchamos la reflexión de Sara Lovera sobre los medios alternativos como Semlac (Servicio de noticias de mujeres de Latinoamérica y el Caribe), de Cimac, y de Mujeres.net, el que tiene Elsa Lever.
Nos enteramos de datos nada halagadores para el estado, como el hecho de que fue el último del país en tener su estatal Instituto Veracruzano de las Mujeres, organizador del foro, o de que la Universidad Veracruzana es la única universidad pública importante del país que no tiene un Centro de Estudios de Género, según aseveró Sara Lovera.
Hubo una reflexión sobre la necesidad de que las mujeres incidan en los "medios reales", los que en efecto ve la mayoría de le gente, y no solamente en ghettos como han sido a veces los medios alternativos, asimismo, una ponencia sobre cómo las mujeres fueron poco a poco ocupando un sitio pequeño pero importante en las páginas editoriales de El Universal, como explicó Elsa Lever.
Y desde la academia, mostrando que la erudición no está reñida con la amenidad y el buen humor inteligente, la maestra Martha Torres Falcón explicó cómo hay que usar la lupa para buscar en la normatividad internacional sobre derechos de las mujeres una alusión a los medios de comunicación.
La ponente inició comparando el diálogo del movimiento de las mujeres con la instituciones y autoridades establecidas con el de Alicia y la Reina en Alicia en el país de las maravillas. Sobre algunos aspectos de lo comentado en el foro, contestó a estas preguntas la autora de libros como La violencia en casa; Al cerrar la puerta: amistad, amor y violencia intrafamiliar y Nuevas maternidades y derechos reproductivos. Esta es la breve entrevista.
– Llama la atención la alusión a cómo Alicia (de Lewis Carroll) no puede estar en muchos lugares al mismo tiempo, como le dice la Reina, y que eso le exigiría el sistema al movimiento de las mujeres.
– Esas son de las exigencias que tienen distintos movimientos sociales, a mí me gusta la figura de Alicia, disfruté mucho esa novela y creo que la novela misma, que es para jóvenes y adultos, yo pienso, nos da muchos recursos. Me interesa mucho subrayar, primero, que el movimiento de las mujeres es un movimiento histórico y que tiene una larga trayectoria y, segundo, que en la historia, ya lo sabemos, no estamos descubriendo el hilo negro, no se va de más a más. Estos comentarios que hacíamos ahorita (la entrevistada conversaba con un joven de "Católicas por el derecho a decidir") sobre la tutela de la Iglesia católica del aborto, que tiene 100 años, antes de eso había mucha más permisividad.
Entender primero los procesos, las secuencias, que no se va siempre hacia adelante, y que tenemos altibajos y contratiempos, pero que además, en estos procesos hay muchas mujeres en muchas partes del estado, del país, y del mundo, que están apuntando en la misma dirección. Creo que esa es una gran riqueza que no debe pasar inadvertida.
– En algún momento, al explicar las normatividades internacionales sobre comunicaciones se usa el concepto de uso "racional", también aquí parece fructífera Alicia, ya que Lewis Carroll cuestiona lúdicamente la lógica formal, y la enseñada en la educación tradicional, una especie de "sentido común" patriarcal.
– Creo que el eso del uso racional del sistema tiene que ver, en buena medida, con un criterio económico, un criterio de racionalidad económica. Por eso las referencias que hacía a Sigmund Bowman y cómo él nos habla de la "modernidad líquida", "el amor líquido" y la fragilidad de los vínculos humanos.
Tiene otro libro que se llama Vidas desperdiciadas, y cómo con la modernidad y la globalización los tiempos se diluyen y, dice un alumno mío, "entre tantas cosas urgentes, luego se nos olvida lo importante". Eso por un lado.
Por otro lado, creo que si oponemos racionalidad y emotividad, ahí tendríamos una fuerte crítica patriarcal que hacer, justamente la modernidad, y hablo de la modernidad como este proyecto filosófico de la ilustración, coloca en el centro una idea de racionalidad. Es el imperio de la razón en donde se fundan los derechos humanos. Como los seres humanos todos tienen en común, o tenemos en común, el uso de la razón, la capacidad de discernir entre el bien y el mal. De ese criterio de racionalidad estamos excluidas las mujeres, entonces, creo que esa es la otra parte del uso racional y de todo lo que tenemos que hacer.
Nos ha costado mucho trabajo demostrar que somos racionales. Perdón, pero escuchaste los discursos de inauguración (del secretario de Gobierno, Escobar Pérez) de la "madre, las hijas, y las hermanas". Y "los seres humanos admiramos mucho a la mujer", decía el diputado de Oaxaca (frase que la ponente citó como referencia en su intervención), y detrás de esa frase, "los seres humanos admiramos mucho a las mujeres", y cómo no va a ser feminista, "si yo tengo una madre a la que adoro y no sé qué", hay un criterio de racionalidad excluyente.
– Las imágenes de la publicidad y la denigración de la mujer (no sólo como objeto sexual sino de feminicidio) me parece que muestran que vencer la racionalidad patriarcal implica enfrentarse al hecho de que victimizar a la mujer es un jugoso negocio capitalista.
– Por supuesto que sí. Simplemente los datos que nos daba Elsa Lever sobre las diferencias salariales son un indicador bastante claro. Me acuerdo que alguna vez, en una empresa en donde yo trabajaba, una oficina privada, el jefe decía: "Mira, hay que contratar mujeres. Necesitamos un contador que nos lleve aquí la contabilidad. Vamos a buscar una mujer, era la época de los miles de pesos (antes de quitar "tres ceros" al peso) por setenta mil pesos vas a encontrar a una magnífica contadora y ningún hombre va a aceptar ese salario, a menos que sea muy muy mediocre".
Entonces, ahí está ese criterio de racionalidad que sigue resultando discriminatorio, pero que además, en términos económicos es muy rentable. Los esquemas de discriminación, de marginación, de pagar mal el trabajo, de "te hacemos el favor de publicarte, así que ya no nos pidas también salario", resultan altamente racionales para los empresarios, los funcionarios y todo el poder económico. Y el decir poder económico patriarcal es casi una redundancia. Es lo mismo.
– Al hablarse de la discusión sobre los medios, si alternativos y feministas, o medios reales, los que ve la mayoría de la gente, se planteó la estrategia de aprovechar los resquicios.
– En muchos espacios las mujeres hemos ido ganando terreno, dice Sara Lovera, las hendiduras. Entrar por las hendiduras, aprovechando los pequeños espacios, aprovechando cada centímetro cuadrado que se pueda utilizar. Una amiga mía, una profesora del Colegio de México, lo decía de otra manera: "Es que el género se borda por la orilla", es decir, como que tenemos que empezar por las orillas para que ya no les quede más remedios que aceptarnos.
Tenemos que usar muchas estrategias, no es algo sencillo, y curiosamente, por decirlo de alguna manera, seguimos enfrentando los mismos argumentos de hace treinta años.
– En la academia ¿ocurre lo mismo?, por ejemplo Sara Lovera señalaba el dato de que en Veracruz la universidad no tiene un centro de estudios de género.
– Por ejemplo, no hay un espacio de investigación académica de género. En la academia ocurre lo mismo, con sus propios matices. La academia es un espacio, en cierto sentido, más generoso. Porque no tiene un control de los tiempos tan estricto, entonces, mujeres que tienen hijos chicos o que tienen que compaginar, digo si la sociedad no fuera patriarcal ese no sería un problema de las mujeres, sería un problema de todos, entonces pueden compaginar los tiempos y los horarios, porque las mujeres podemos aprovechar para hacer mucho trabajo en casa, en el trabajo académico hay mucho trabajo que se hace en casa. No tenemos que lidiar continuamente con esos espacios. Cuando me preguntan quién es mi jefe, pues es el jefe de departamento, pero lo veo cada cuándo, entonces nos da mucha más libertad.
También hay discriminación salarial, también hay discriminación en la valoración, no se evalúa igual un artículo sobre derecho marítimo, por ejemplo, que sobre violencia sexual. En el Sistema Nacional de Investigadores los porcentajes de mujeres son más bajos, no hay rectoras, en la universidad en donde yo trabajo, la UAM (Universidad Autónoma Metropolitana), no hemos tenido una rectora general, hemos tenido rectoras de unidades, en Azcapotzalco, en Xochimilco, en Cuajimalpa, en Iztapalapa, que es de donde salen los rectores generales, ahí no ha habido mujeres.
Lo vas viendo. No hay decepción. Se redefine por distintas cosas, pero los esquemas patriarcales perviven, desde luego.
Esto comentó la académica en brevísima entrevista, y en la atención de la prensa, también se nota que esos esquemas perviven, pues muchos reporteros y reporteras se marcharon al terminar la inauguración oficial, aunque algunos y algunas sí escucharon todas las ponencias.

EZLN: 25 años de resistencia
César Rojo

César Rojo, Barcelona.– El pasado 17 de noviembre de 2008, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) cumplió 25 años de rebeldía en las montañas del sureste mexicano, en el estado de Chiapas.
Durante 10 años, la organización político-militar vivió en la clandestinidad, en el silencio de los pueblos indígenas mayas, que encontraron en el EZ, un camino para luchar por sus derechos con justicia y dignidad.
El 1 de enero de 1994 el Ejército Zapatista levanta la voz y sus armas para gritarle a México y al mundo, aquí estamos, explotados, marginados, olvidados, muertos: "Pero nosotros hoy decimos ¡Basta!" La Primera Declaración de la Selva Lacandona es una palabra de fuego con la que los pueblos indígenas zapatistas tomaron siete cabeceras municipales de Chiapas. La guerra duró 12 días, y gracias a las movilizaciones de la sociedad civil nacional e internacional, se detiene el enfrentamiento armado y comienza una nueva etapa en la lucha.
Por un lado, el gobierno mexicano prometió que resolvería las demandas indígenas, pero hasta el día de hoy, jamás lo ha cumplido, por el contrario, el Estado comenzó una guerra de baja intensidad contra los pueblos zapatistas, creó grupos paramilitares y un contexto de represión para aniquilar al EZLN.
Por otra parte, el Ejército Zapatista y sus bases de apoyo iniciaron tres direcciones. En la primera, buscaron dialogar con el gobierno, le expusieron sus exigencias en el documento conocido como los Acuerdos de San Andrés; pero como el gobierno no cumplió, el EZ dejó de mirar y hablar con el gobierno. En la segunda dirección, los zapatistas construyeron un diálogo con la sociedad civil: encuentros nacionales, intergalácticos; apoyo y solidaridad han encontrado las comunidades indígenas con varias organizaciones y colectivos sociales.
En la tercera dirección, la más importante, los pueblos indígenas zapatistas, ya que sus demandas no fueron reconocidas "oficialmente", decidieron llevarlas a cabo por su propia cuenta, y comenzaron la construcción de su autonomía política a través de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas, encargados de la impartición de justicia, la salud comunitaria, la tierra, la educación, el trabajo, la alimentación, el comercio, la información, la cultura y el tránsito local.
Desde 1994 hasta hoy, han pasado 15 años de resistencia zapatista en la vida pública, propugnando por un mundo donde quepan muchos mundos, proponiendo una política desde abajo, no desde arriba, esto es, mandando obedeciendo. La más reciente iniciativa civil y pacífica de los pueblos zapatistas es la Sexta Declaración de la Selva Lacandona (2005): a pesar de la represión, las mujeres, hombres, niños y ancianos del Ejército Zapatista no dejan de luchar y organizarse, y no se cansan de invitarnos para que nosotros, nosotras, hagamos lo mismo, porque sólo juntos y organizados, es posible cambiar tanta injusticia y desigualdad que ha originado el capitalismo.
25 años de resistencia zapatista, se dice fácil, no obstante, sí se requiere mucho más que un gran esfuerzo.

Política y más política
Calderón: castigo a la seguridad pública
El delfín se podría quedar en el camino
Experiencia de la transición en México
María Elena Fisher

1. La guerra contra el narcotráfico la puede ir ganando Felipe Calderón en la medida en que no se sienta obligado a tapar las cloacas que al interior del gabinete de seguridad se han posesionado y destapado, pues crecieron y se multiplicaron aprovechando la coyuntura que se dio al cambio del partido en el poder.
Quiero suponer que la nominación del nuevo secretario de Gobernación servirá para contribuir a redactar las reformas constitucionales que recompongan las policías que desde su creación en 1947 con la Dirección Federal de Seguridad y los subsecuentes cambios de nombre, pero en esencia las mismas, dentro o fuera de esa Secretaría, han servido para reprimir y actuar en la clandestinidad, dado que no se formaron dentro de la ley, sino por decreto, lo que de suyo supone que no hay suficiente normatividad que las controle y entonces se han ido por la libre.
Ahí se conformaron los expedientes secretos de los principales actores de la política mexicana y que por ahí circulan.
Otra bronca interna pero que repercute en la sociedad consiste en el enfrentamiento histórico entre policías, sean del ámbito federal o estatal, lo que no se ha remediado porque tal vez no sea prudente tener un mando vertical y único, pero que las enfrenta frecuentemente como ahora, cuando Afis, Pefepés o Pejotas se acusan mutuamente de serios delitos y traiciones, dado que los elementos han saltado de una a otra policía y entre ellos se conocen mañas y artimañas.
Así que el gobierno de Calderón, que en estos días llegará al plazo fijado de 100 días para obtener los primeros resultados del acuerdo nacional de seguridad, tras la muerte del joven Martí, se ve decidido a encontrar a los malosos donde quiera que estén, incluso en Los Pinos.
Qué diferente el quehacer actual, donde la ropa sucia del país se lava frente o al lado de los medios de información, en contraste con los tiempos aquellos, cuando no se castigaba ni a los mandos inferiores para guardar la “buena imagen” del gobierno ante los representados. Era el país del aquí no pasa nada. Desde entonces se iniciaron las complicidades con el narco, así que 100 días no bastarán para acotar 60 años de enredos, pero sí para tomar las primeras decisiones para recomponer el tejido de la seguridad social.
Es cuestión de fe ante las adversidades.
2. Si algún ingenuo piensa que el gobierno del tío Fidel va a ceder o compartir con el Delfín (que aún no está constitucionalmente facultado) un pedacito del poder político y económico que disfruta y disfrutará ampliamente hasta el último minuto, está equivocado. Por esas filtraciones no llegó Erick Lagos al PRI. Por esas filtraciones difícilmente llegará el que quiere Duarte a la Secretaría de Finanzas. Si los mensajes fidelianos no son bien decodificados, el mamífero acuático se puede quedar en el camino.
En el tercer tercio de su faena el factor F necesita utilizar un grupo de peleoneros con experiencia, como Uscanguita, de porros irredentos que le sepan poner el cascabel al gato, que sepan responder de inmediato a los señalamientos que seguramente les harán los demás partidos que también tienen derecho a disputar los espacios de poder. Se tratará entonces de constituir un cuerpo de choque, capaz de intentar que callen los de enfrente.
Así las cosas, el año que viene, y el que le seguirá, serán años predestinados a la descalificación y al agravio, en lugar de dar un giro como partidos hacia la construcción de una oferta política interesante para la sociedad. ¿Ya saben los partidos cuáles son hoy las principales motivaciones sociales? ¿Ah, verdad?
3. El libro de la doctora Soledad Loaeza, “Entre lo Posible y lo Probable”. La experiencia de la transición en México. Será presentado mañana jueves en el auditorio del Cetrade a las 12:00 horas. Loaeza es investigadora de El Colegio de México. Ahí nos vemos.
Correo: politicaymaspolitica@yahoo.com.mx

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